Quiénes somos

En FairChange creemos en un balance sano entre las ganacias empresariales y la prosperidad para trabajadores y comunidades locales

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¿Quiénes somos?

Somos FairChange, un negocio de servicios que está encantado de trabajar con tu empresa, si esta cree en un equilibrio saludable entre las ganancias comerciales y la prosperidad para los trabajadores y las comunidades locales, tal como lo creemos nosotros.

Es por eso que ofrecemos herramientas prácticas y una metodología fácil de implementar que ayuda a las empresas con un propósito social como la tuya a crear un impacto positivo, incluso en contextos operativos complejos.

Encantada de conocerte…

… mi nombre es Katja Marianne Noordam, fundadora de FairChange. Holandesa de nacionalidad, ciudadana del mundo. Me apasiona combinar las lecciones que aprendí al trabajar con comunidades desfavorecidas y mi experiencia en el fortalecimiento estratégico y la comunicación de impacto, para ayudarte a hacer mejores negocios creando valor para la sociedad.

En FairChange, elegí trabajar de persona a persona y en equipos pequeños. Esto hace que nuestra interacción contigo, nuestro cliente, directa y personal. También tiene la ventaja de ser más flexibles a la hora de adaptarnos a las necesidades específicas de tu empresa, porque no existe una receta única para lograr el cambio social.

La fundadora de FairChange: la historia de Katja Marianne

Antes de especializarme en la gestión del impacto social desde las empresas, dediqué mi vida laboral a fortalecer las capacidades de las organizaciones y las habilidades de liderazgo de las personas que se destacaron por abordar los problemas socioeconómicos con soluciones innovadoras y creativas.

También ayudé a organizaciones del sector público y privado con un propósito social a comunicarse efectivamente con sus grupos de interés. Diseñé estrategias de comunicación de impacto y creé mensajes para involucrar a públicos a menudo difíciles de alcanzar. Desde temprano, me di cuenta de la necesidad de invertir tiempo y esfuerzo en generar confianza, escuchando y entendiendo a los clientes y beneficiarios.

Mi interés personal y profesional en nuevos contextos y culturas me llevó a muchos lugares diferentes. Así es como llegué a trabajar con comunidades locales golpeadas por la pobreza y la violencia en América Latina. En lugar de prosperidad, muchas veces la inversión privada había traído miseria y violaciones de los derechos humanos.

Fue allí donde encontré la inspiración para cambiar mi enfoque profesional y dirigirlo hacia la creación de valor social desde las empresas.

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Una empresa que se opuso a los aldeanos locales en lugar de establecer un diálogo. Tantas oportunidades sin explotar para el desarrollo sostenible que podrían beneficiar a la comunidad y los negocios. Debe haber otra manera, pensé.

Inspirada para cambiar las prácticas corporativas socialmente irresponsables

Trabajando en una región tropical aislada del resto del mundo, a mis colegas y mi nos indignó la forma en que los monocultivos comerciales introducidos por una gran corporación de agronegocios habían puesto fin a la rica biodiversidad y los medios de vida tradicionales. En secreto, la compañía pagó a grupos armados ilegales para presionar a los agricultores locales de vender sus tierras a precios de ganga. Las autoridades locales corruptas cooperaron con entusiasmo para legalizar las nuevas adquisiciones de tierra.

Divisiones profundas en la comunidad

La compañía había generado profundas divisiones en las comunidades locales. Mientras hombres jóvenes con ropa de última moda montaron orgullosamente en nuevas motos que habían comprado trabajando en la compañía, un puñado de campesinos locales luchaban por sobrevivir en pequeños pedazos de tierra de cultivo restantes. Aunque apenas producían lo suficiente para alimentar a sus hijos, resistían con orgullo la presión de irse.

Escuchamos a los trabajadores del aceite de palma haciendo bromas groseras sobre los pobladores locales, tildándoles de estúpidos y perezosos. Los aldeanos hablaban con desprecio sobre ellos también. Los acusaban de vender sus almas por un puñado de dinero sucio de la compañía. ¿Y para qué? Como estos tipos eran solo contratistas diarios, podían ser despedidos en cualquier momento.

Dinero empresarial gastado en procedimientos legales

Mientras tanto, la compañía trataba a sus vecinos como una externalidad molesta que mejor debía ser neutralizada cuanto antes. Gastó enormes cantidades de tiempo y dinero en resolver bloqueos por parte de los aldeanos y en procedimientos legales iniciados por organizaciones internacionales de derechos humanos.

Como las comunidades locales eran demasiado pobres para comprar los productos de la compañía, también abundaban los costos de distribución a otras partes del país.

Toda la situación me pareció tan chocante y sin sentido. Una empresa que se opuso a las comunidades locales en vez de dialogar con ella. No hubo fin a la miseria, a las violaciones de los derechos humanos y el daño ambiental. No hubo soluciones. Y tantas oportunidades sin explotar para el desarrollo sostenible que podrían haber beneficiado tanto a la comunidad local como a la empresa.

Debe haber otra manera, pensé.

Ayudando compañías aprovechar su potencial para el cambio positivo

De repente, se me ocurrió que empoderar a las comunidades, como había hecho durante tanto tiempo, era solo una estrategia para promover el crecimiento justo e inclusivo. Muy necesaria, pero no suficiente.

Cambiar la mentalidad de los actores económicos y proporcionar las herramientas para un compromiso positivo de las empresas con las comunidades también podría ser una estrategia poderosa.

Había visto en carne propia las consecuencias negativas de las prácticas de negocio insostenibles en circunstancias complejas. Esto también me hizo darme cuenta de cuánto potencial de cambio positivo tienen realmente las empresas.

Por más difícil que sea el contexto o más opuestas las posturas de las partes en una disputa, el cambio es posible. A menudo, este cambio es impulsado por individuos inteligentes y decisiones individuales inteligentes

Superando obstáculos hacia la maximización del impacto

Afortunadamente, en la mayoría de los casos las relaciones entre una empresa y sus vecinos no resultan tan malas como en esa remota área rural azotada por la violencia armada. Aun así, incluso en escenarios más favorables, las empresas comprometidas con la creación de valor social pueden enfrentarse a importantes desafíos. Obstáculos en el entorno o incluso sus propias organizaciones pueden impedirles maximizar su impacto positivo.

Sin embargo, la lección más valiosa que aprendí en los años siguientes es que el cambio es posible. Por más difícil que sea el contexto o más opuestas las posturas de las partes en una disputa, en última instancia los pequeños pasos pueden conducir a grandes transformaciones.

A veces es un líder de la comunidad que decide sentarse a la mesa de negociaciones con los ejecutivos de una compañía, después de años de resistencia violenta. También puede ser un director ejecutivo recién llegado que comience a transformar la cultura organizacional centrada exclusivamente en la obtención de ganancias hacia la creación de valor compartido para proveedores locales y sus familias.

A menudo, el cambio es impulsado por individuos inteligentes y decisiones individuales inteligentes.

A veces, las empresas buscan ayuda externa para trabajar con ellas en la superación de estos obstáculos. Ahí es donde me siento feliz de poder apoyarlas con FairChange.

Para mí, hacer campaña y hacer buenos negocios no es solo oponerse a prácticas destructivas o abusos contra los derechos humanos. También se trata de proponer soluciones.

Anita Roddick, empresaria británica, activista social, fundadora The Body Shop

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