Invertir en las mujeres por la paz

Invertir en las mujeres por la paz

Conflicto & Paz

Los orígenes del Día Internacional de la Mujer se remontan a las duras luchas de mujeres en diferentes países por pan, paz, trabajo y voto. Ha pasado un siglo y hemos avanzado mucho en Occidente y a un ritmo más lento también en el Sur Global. Mas sin embargo en un país como Colombia, a pesar de una Constitución política y Leyes que regulan explícitamente los derechos de las niñas y las mujeres, la igualdad solo existe de nombre. Las estadísticas muestran que muchos impactos devastadores de la pobreza, la guerra y el desempleo golpean a la población femenina más que a los hombres. Si no se abordan las causas estructurales de esta brecha de género, la paz tan frágil en el país puede verse aún más amenazada.

Mujeres emprendedoras construyen economías sanas después del conflicto

El empoderamiento económico y la inclusión laboral de mujeres son esenciales para construir una economía sólida después del conflicto. Los últimos años he tenido el privilegio de trabajar con empresas privadas grandes y medianas que invierten en el empoderamiento económico de mujeres afectadas por el conflicto interno de Colombia. Estas son empresas que apoya el desarrollo de pequeños emprendimientos liderados por mujeres agricultoras y empresarias en ciudades y pueblos donde la presencia de grupos guerrilleros y paramilitares ha devastado las economías locales y destrozado familias y comunidades.

El éxito no es fácil. El machismo, la discriminación de género y la exclusión están profundamente arraigados. Las tasas educativas y la autoestima de las mujeres en estos contextos, a menudo las más pobres y aisladas del país, son bajas.

Por qué los proyectos de empoderamiento fallan

Por otro lado, muchos proyectos de empoderamiento económico promovidos por las empresas y sus gerentes de Responsabilidad Social o Sostenibilidad bien intencionados fracasan debido a fallas en la ejecución. Es sorprendente ver con qué frecuencia las reglas comerciales básicas que las organizaciones aplican a sus propias actividades – por ejemplo, realizar un estudio de mercado antes de lanzar un producto o invertir en el capital humano necesario – no se aplicaron a los pequeños emprendimientos de mujeres que apoyaban. Y así, mujeres campesinas cultivaban piñas deliciosas en áreas remotas, pero como los actores del conflicto habían destruido las carreteras que contactaron a los mercados hace mucho tiempo, los frutos fueron dejados en las fincas a pudrirse sin compradores. Se establecieron talleres de producción de prendas de vestir bajo la gestión de mujeres analfabetas que no tenían ni idea de finanzas ni de planificación, y se sembraron granos de cacao ecológicamente sostenibles en regiones donde los consumidores no se preocupaban por el medio ambiente y nunca compraban chocolate de todos modos.

Y por supuesto, el resultado predecible fue que estos proyectos productivos fracasaron tarde o temprano y que las mujeres que se habían dedicado a ellos con entusiasmo se quedaron con las manos vacías.

Incluir mujeres en la economía es mejor para los negocios

Aun así, mi equipo y yo tuvimos la oportunidad de acompañar a un puñado de emprendimientos de mujeres exitosos que, después de la ayuda inicial de compañías más grandes, lograron expandirse por sí mismos. En las zonas afectadas por el conflicto de Colombia, estas siguen siendo la excepción. Pero al menos la importancia de invertir en mujeres se reconoce en el acuerdo de paz firmado entre las guerrillas de las FARC y el gobierno nacional. Organizaciones como ONU Mujeres y varios fondos de ayuda extranjera hoy lideran programas centrados en el empoderamiento económico de las mujeres y, de manera lenta pero gradual, también aumenta la conciencia en el sector privado colombiano de que la inclusión de mujeres en la fuerza laboral y en los puestos de decisión son un buen negocio.

Hace algún tiempo escribí un artículo para el sitio web de Open Democracy como parte de una serie que hicieron sobre el Postconflicto colombiano, en donde enfaticé la necesidad de que las empresas inviertan en la igualdad de género como un requisito para el desarrollo de negocios sólidos en sociedades pacíficas. Creo que todavía contiene algunos mensajes relevantes hoy – Léelo aquí (en español, inglés y portugués).

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